lunes, agosto 31, 2009

La pieza de la semana




jueves, agosto 27, 2009

Mictlantecuhtli




Me estoy mirando en el espejo del baño. Considero que mi cara está sucia, así que me la desprendo y la pongo debajo del chorro de agua del lavabo y la empiezo a limpiar. Con el cepillo de dientes le quito algunas manchas de la frente. De pronto noto que la cara (mi cara) empieza a palidecer. Me asusto. Me apresuro a ponérmela de nuevo y al ponérmela (la sensación de ponérmela es tan inolvidable como inefable), vuelvo a ver mi cara en el espejo y está completamente lívida, yerta, exangüe. Entonces me despierto sumamente agitado y, creo, gritando.

Estoy a orillas del Brahmaputra. No sé cómo, pero sé que es el Brahmaputra. Hay cientos de personas, quizás miles. Huele raro, hablan un idioma que desconozco (¿cómo puede la mente producir un idioma desconocido por ella, cómo puede fabricarlo?) Camino chocando con la gente evitando mirar al río, no sé por qué no quiero mirarlo aunque sé que es el centro de todo, el punto medular de todo. Entre cientos de rostros desconocidos y palabras extrañas, me encuentro con una cara conocida, una cara que significó mucho para mí. No entiendo qué hace ella ahí, vestida de un modo extraño y mirándome de un modo como nunca jamás me miró. No me dice nada, solo me señala el río. Miro y veo que hay por todos lados flotando restos humanos. Siento una aprensión. Me da por mirarme las piernas y el torso y noto que no me veo, que no existo. Entonces despierto sumamente agitado y gritando.

Hay algo siniestro que me acomete en mis sueños que me persigue desde la adolescencia, pero hay algo que me atrae de esa persecución, algo de ese hálito siniestro que me fascina. Supongo que por eso me gusta el cine de David Lynch, creo que cada que me tiendo en mi cama estoy como aquel pobre personaje atormentado de aquel cuadro de Fuseli. Supongo que mis pesadillas me seguirán durante toda la vida y de hecho no quiero queme abandonen, no quiero que algún psicólogo brillante me las cure, no vaya a ser que me priven de la inquietante experiencia de mirar el costado tenebroso de la mente, cuando todo lo que nos es familiar, deja de serlo para mutar en algo estremecedor.


miércoles, agosto 12, 2009

Nudo gordiano

Voy a soltar unos datos aleatorios como quien va condimentando su comida con lo que va encontrando en la alacena: R.D. Laing fue psiquiatra, y producto de sus experiencias clínicas fue defraudándose paulatinamente de los métodos psiquiátricos ortodoxos. Llegó a conclusiones y a aplicaciones de sus conclusiones que erizaron los pelos de muchos, al grado que le llamaron antipsiquiatra y a sus métodos antipsiquiatría. Él no estuvo del todo de acuerdo con tales motes pero a la historia no le importó y ahora se le conoce como el padre de la antipsiquiatría. Para él la esquizofrenia no era una enfermedad, sino un estadio mental superior al normal, y lo que menos debía hacerse con un esquizofrénico, era colgarle su etiqueta de esquizofrénico. Había que guiarlo por ese sendero de iluminación que es la enfermedad, y los mejores guías eran los propios esquizofrénicos. Así que había que eliminar toda la metodología hospitalaria que no solo encasillaba al enfermo, sino que potenciaba y prolongaba su enfermedad. Y Laing al mudar la psiquiatría de la clínica tradicional se fue encontrando con cosas amigas en el camino que fue incorporando a su nueva visión, como por ejemplo la psicodelia. Psiquiatría/Psicodelia era el cometido del buen hombre. Tenía gusto por lo literario, y también fue el creador de una especie de poemas y de caligramas (al estilo Apollinaire) que me parecen interesantísimos. Los llamó "Knots", o sea, "Nudos". Son, como su nombre lo indica, nudos de palabras, retruécanos, galimatías pero que vienen a representar lo que en la mente se forma cuando empezamos a crearnos un problema, o una patología; sería como la forma visual de los nudos que nos hacemos en la cabeza y que nos van entorpeciendo, tropezando, coartando, anquilosando. Venga un botón de muestra:

They are playing a game. They are playing at not
playing a game. If I show them I see they are, I
shall break the rules and they will punish me.
I must play their game, of not seeing I see the game.

En español:

Juegan un juego. Juegan a que no juegan un juego. Si les muestro que veo lo que hacen, romperé las reglas y me castigarán. Tengo que jugar su juego, el juego de no ver que veo el juego.

O llevándolo más al fondo de las obsesiones:

There must be something the matter with him
because he would not be acting as he does
unless there was
therefore he is acting as he is
because there is something the matter with him
He does not think there is anything the matter with him
because
one of the things that is
the matter with him
is that he does not think that there is anything
the matter with him
therefore
we have to help him realize that,
the fact that he does not think there is anything
the matter with him
is one of the things that is
the matter with him
there is something the matter with him
because he thinks
there must be something the matter with us
for trying to help him to see
that there must be something the matter with him
to see that
we are not persecuting him
by helping him
to see we are not persecuting him
by helping him
to see that
he is refusing to see
that there is something the matter with
him

Y sigue y sigue. Gentle Giant hicieron una canción para homenajear a Laing que se titula, obviamente, "Knots". Supieron captar muy oportunamente el espíritu de la idea del nudo. ¿Será que todos nuestros problemas psicológicos son solo embrollos de palabras que nos crean callejones sin salida obsesivos?

domingo, agosto 02, 2009

Vent

AWNtv :: Vent

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Declárome fan de los cortos animados. Creo que obedece a las mismas razones por las que me gustan los cuentos: por la capacidad de síntesis, por la contundencia, por el planteamiento y desarrollo de una idea absurda o siniestra o locuaz o misteriosa o ridícula o divertida o ingeniosa. Es la simple manifestación de los devaneos mentales que una persona tiene, y ha habido geniales expositores de sus devaneos. Este corto me gusta por la técnica, por la musicalización, por la idea, y simplemente porque alguna vez tuve un sueño similar. Ojalá que alguien tenga la paciencia y curiosidad de verlo, y, por supuesto, de disfrutarlo.