jueves, octubre 06, 2011

Peter y la chochez









Tengo un amigo que alguna vez me dijo que "mato a mis ídolos". Sí, eso precisamente hago. Freud decía que el gran acto de todo ser humano consiste en "matar" simbólicamente a sus padres. Bien, ahora, vamos al inicio.
                                                                       
                                                                                       *


    A Peter Gabriel lo empecé a idolatrar por allá de 1981, cuando ya había sacado su tercer disco solista y estaba en ciernes el Security. Llegué a él por mi ya en esos entonces consagrado fervor por Genesis. Me pareció, durante un periodo de unos 11 años, el músico más innovador que había en la música, digamos, popular. Pero, no hay creador que no tenga su clímax y su inseparable deterioro, su cuesta abajo que se caracteriza, como Taine dijo, por la repetición de sí mismo. A Peter lo empecé a sentir flojo desde el disco Up, el cual implicó una espera de nada más 10 años, diez añitos estar esperando la salida de su nuevo disco para que resultara ser un trasunto, aunque decadente, del disco anterior, Us, que es, a mi humilde entender, lo último bueno que supo hacer. Se ve que nada salía ya de su otrora fecunda cabeza y terminó repitiéndose servilmente, pero ¿estarse una década esperando la visita de la musa?, me pareció una exageración. Ya entonces mi amigo se indignó porque tuve la osadía, aparentemente inadmisible y reprobable, de declarar que el disco de Peter me había parecido más bien mediocre y soporífero, y que más le valía dedicarse mejor a la botánica. Mi amigo es de esos que se estancan en una idea anclada allá en el fondo de su pasado, y la sacralizan y jamás la cuestionan, así que reprobar el disco de Peter era como escupir al dios protector. Sin contar los trabajos alternos del buen Gabriel, su siguiente disco fue el Scratch my back, que se compone exclusivamente de covers, como si un disco más de covers es lo que hiciera falta en este mundo. La sequedad creativa va adueñándose ya de todo su ser. Pero ya llegó al punto culmen de la decadencia, la chochez pasiflorina de muchos rockerillos del orbe: grabar sus canciones con orquestita, la auto repetición llevada al grado máximo de marchitamiento. Es larga la lista de los que han hecho ese experimento estéril y ridículo de pretender disfrazar su música, de música culta, como aquel que, teniendo unos pesos extra, decide irse al gran restaurante de la ciudad para codearse con la gente nice, aunque platique escupiendo el bocado que se acaba de meter a la boca. Si el patético mamarrachito de Alejandro Lora ya lo hizo, qué se puede esperar de un experimento tal. Arreglitos edulcorados, cursis, ramplones, descifrables hasta para el más ñoño de los espectadores y el obvio recurrir a algunas de sus peores canciones como In your eyes, Don't give up o Solsbury Hill, que son, desde luego, las que le conoce todo el mundo. El audaz Peter que supo componer una canción como The family and the fishing net está acabado, finito, kaputt, pero eso no le resta un ápice a las grandes cosas que hizo. Pero a mi amiguito no le gusta que uno critique a los viejos ídolos, así que me mira con expresión paternal como pensando que soy un pobre atolondrado que no sabe lo que dice, mientras yo lo miro con expresión pícara pensando que ya es hora de su chocho para la neurona. Tengo por hábito el identificar aquellas cosas que no se cuestionan y se dan por sentadas para ser esas precisamente las primeras en ser diseccionadas. Y si en la revisión uno descubre que aquello que alguna vez consideró maravilloso, ejemplar, grandioso, ya no lo parece, pues a admitirlo, que eso no lo convierte a uno en niño malcriado.


                                                                                          *


    Yo le sigo teniendo mucho cariño a Peter y sigo disfrutando mucho sobre todo de su 3er y 4to discos, pero ahora ya no lo iría a ver en concierto ni con boleto regalado, mucho menos con orquestita dizque New Blood que de new no tienen nada y la blood sale por las orejas de escuchar el aburrimiento de Don't give up que termina durmiendo hasta al perro.











No hay comentarios:

Publicar un comentario